Algunas muy buenas noticias...
por Jeff Foster
1. No necesitas todas las respuestas en este momento.
Justo aquí, justo
ahora, en este momento, no necesitas "averiguar" el resto de tu vida,
independientemente de lo que digan los demás.
No necesitas todas
las respuestas. Éstas llegarán, a tiempo, o no, o quizás es que las preguntas
innecesarias simplemente se desvanecerán.
No hay ninguna prisa.
La vida no tiene ningún apuro. Sé como las estaciones. El invierno nunca
intenta convertirse en verano. La primavera no se apresura hacia el otoño. La
hierba crece a su propio ritmo.
Las elecciones que
habrán de hacerse se harán, y no tienes poder de elección en eso. Las
decisiones que habrán de tomarse se tomarán, los acontecimientos se darán, pero
en este momento, tal vez, no necesitas saber las soluciones o los resultados, o
cuál sería la mejor forma de proceder. Quizás el no saber es un invitado
especial al banquete de la vida. Quizás la apertura a toda posibilidad es un
muy querido amigo. Quizás hasta la confusión podría venir a descansar aquí.
Y de esta manera, en
lugar de tratar de "componer" nuestras vidas, en lugar de tratar de
resolver perfectamente lo irresoluble y rápidamente completar la historia épica
de un "yo" ficticio, simplemente podemos relajarnos en un absoluto
no-saber, hundiéndonos profundamente en al cálido abrazo del misterio,
sumergiéndonos en lo más hondo de este momento, saboreándolo completamente, con
toda su singularidad y con toda su maravilla.
Y después, quizás,
sin ningún esfuerzo, sin lucha ni estrés, sin que haya un "tú"
involucrándose en nada, las respuestas verdaderas surjan en su propio y dulce
tiempo.
2. No hay nada de malo en ti, y jamás lo hubo.
Amigo, desde el
principio, nunca estuviste mal.
No naciste para ser
pecador. Nunca estuviste destinado a ser basura espiritual. Nunca hubo una
falta fundamental en tu vida.
Tan sólo fuiste
enseñado a pensar eso. Otros trataron de convencerte de que no eras lo
suficientemente bueno, por el simple hecho de que ellos tampoco se han sentido
lo suficientemente buenos. En tu inocencia, y sin ninguna evidencia de lo
contrario, les creíste. Así que invertiste todos esos años tratando de
arreglarte, purificarte y perfeccionarte a ti mismo. Buscaste poder, riqueza,
fama e incluso iluminación para probar que eras un "yo" valioso. Te
comparaste con otras versiones de un "yo", y siempre te sentiste o
superior o inferior, y todo eso se convirtió en algo sumamente agotador; trataste
de lograr metas inalcanzables, trataste de vivir a la altura de una imagen en
la que ni tú realmente creías anhelando siempre tu propio descanso.
Pero como podrás
darte cuenta, siempre fuiste perfecto, desde un principio. Perfecto en tu total
imperfección. Tus imperfecciones, tus manías, tus defectos, tus rarezas, tus
muy singulares sabores era lo que te hacía tan adorable, tan humano, tan real,
tan fácil de identificarte. Incluso en tu imperfección, siempre fuiste una
perfecta expresión de vida, un amado hijo del universo, una completa obra de
arte, única en el mundo y digno de todas las riquezas de la vida.
Nunca se trató de que
construyeras un perfecto "yo". Siempre se trató de que estuvieras,
fueras, perfectamente Aquí, perfectamente tú mismo, en toda tu divina extrañeza.
"Olvida tu
oferta de perfección", Leonard Cohen canta. "Hay una grieta en todo.
Así es como entra la luz."
3. La Iluminación no es un Destino.
No hay un camino fijo
hacia la iluminación.
La iluminación no es
una meta, el lugar de descanso al final de un largo viaje ―esa es sólo la
versión mental de la iluminación.
La iluminación es colmar de luz el
lugar en donde te encuentras justo en este momento.
Esta es una muy buena
noticia. Esto significa que absolutamente nadie es la autoridad en tu camino
―ningún maestro, ningún gurú, ningún líder religioso. Esto significa que
absolutamente nadie puede decirte cuál es el "camino" correcto para
ti. Esto significa que no puedes equivocarte, incluso si crees que alguna vez
te has equivocado. Significa que nada de lo que ha pasado puede sacarte del
camino, porque el camino es cualquier cosa que esté pasando, sin excepción.
Nada puede alejarte del milagro de la vida, o acercarte a él, ya que el milagro
está por todas partes, brillando en todo su esplendor, en forma de cada
pensamiento, sensación, imagen, sentimiento, aroma, sonido, y como el profundo
milagro del Uno que está consciente de todo.
Sé esta consciencia,
brillando en cada momento, independientemente del contenido. Duda, miedo,
tristeza, enojo, intensa confusión ―quizás, sólo quizás, estos no sean ni
enemigos, ni obstáculos para la iluminación, sino expresiones de una
inteligencia mucho más profunda. La misma incomprensible inmensidad y despierta
inteligencia que da nacimiento a las estrellas y mueve las mareas de los
océanos y envía a todas y cada una de las cosas hacia su viaje paradójico
buscando su propio ser.
Sal de la historia del tiempo y el espacio y del progreso hacia metas
futuras y confía en este momento sagrado. Toma cada momento. Todo momento
completamente. Este momento. Porquecualquier momento
es un punto de acceso.
Nunca hay obstáculos
―sólo puntos de acceso.
Tú no eres ninguna
entidad separada en un largo viaje hacia una futura realización.
Tú Eres poesía pura.
4. Tu vida no puede salir mal.
En realidad, tu mundo
está configurado de tal modo que nunca te sucede nada, sino que todo sucede
para ti... Todo sucede para tu despertar, para tu crecimiento, para tu
inspiración, para tu exploración. Incluso si lo olvidas, o si en ocasiones eres
incapaz de notarlo, o si te distraes o entras en la desesperación.
Cuando no hay ningún
destino fijo, no puedes perder tu destino, así que nunca puedes perder tu
camino. De este modo, nunca pasa nada en tu vida que sea capaz de sacarte del
camino. Tu camino ES lo que sucede, y lo que sucede ES tu camino. No hay otro.
Todo es un regalo en
este inquebrantable camino que llamas vida ―las risas, las lágrimas, los
momentos de gran tristeza, las experiencias de profunda pérdida, el dolor, la
confusión, los momentos en que crees que nunca lo vas a lograr, hasta la
inmensa angustia del amor― incluso si lo olvidas, si no puedes darte cuenta de
ello o si pierdes absolutamente toda la fe en este espectáculo.
Pero incluso la
pérdida de la fe en todo este espectáculo es parte del espectáculo, y hasta la
escena en donde "todo sale mal" no es indicativa de que el
espectáculo esté saliendo mal. Y así, entonces, siempre estás exactamente donde
tienes que estar, lo creas o no... aunque no lo creas.
La vida es
absolutamente confiable, aún cuando la confianza parezca estar a un millón de
años luz... y la vida no puede salir mal, porque todo es vida, y la vida es
todo. Entiende esto, compréndelo en tu corazón, y así, la espiritualidad se
volverá profundamente simple, tan simple como respirar, tan natural como mirar
las estrellas en la noche y caer en un asombroso silencio. El universo es mucho
más hermoso de lo que nunca podrías imaginar.
Con amor,
Jeff Foster.
(Traducción de
Tarsila Murguía)
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