Somos
activos co-creadores de la realidad
¿Por
qué cambiar?
Vamos a partir de una afirmación: La realidad no
existe. Es producto de una construcción, en la cual nuestros sentimientos
participan co creándola. Y sobre ellos, la influencia del pensamiento es
decisiva.
Nadie ha visto nunca un pensamiento, ni siquiera
en los más avanzados laboratorios, pero lo que sí se ve es la tormenta
eléctrica que provoca cada mentalismo.
Según pienso, siento. Según siento, actúo- Según
actúo, recibo las consecuencias en mi realidad. Se ve el circuito de la
creación?
Entonces, para efectuar cambios en nuestro
mundo, primero necesitamos experimentar los sentimientos de que el cambio ya
ha ocurrido.
Durante décadas, los poderes de la mente han
sido cuestiones asociadas al mundo “esotérico”, misterioso.
Hoy tenemos que adentrarnos al conocimiento de la
mecánica cuántica, que es el modelo teórico y práctico dominante en el
ámbito de la ciencia, según el cual se ha demostrado la extraordinaria
interrelación entre el pensamiento y la realidad. Es decir, que cuando creemos
que podemos, en verdad podemos.
Los experimentos en el campo de las partículas
elementales han llevado a los científicos a reconocer que la mente es capaz de
crear.
Los sorprendentes experimentos del científico japonés
Masaru Emoto con las moléculas de agua han abierto una increíble puerta a la
posibilidad de que nuestra mente sea capaz de crear la Realidad. El amor
provocaba formas moleculares bellas mientras que el odio generaba
caos. Por último, probó a colocar por un lado música clásica y
música relajante, y por otro lado música metal, con resultados similares.
Sabemos que el 80% de nuestro cuerpo es agua,
entonces entendemos cómo nuestras emociones, nuestras palabras y hasta la
música que escuchamos, influyen en que nuestra realidad sea más o menos
armoniosa. Nuestra estructura interna está reaccionando a todos los estímulos
exteriores, reorganizando los átomos de las moléculas.
Nuestro
Cerebro
El funcionamiento del cerebro ha desvelado el
sueño de más de un científico, intentando penetrar en sus misterios. Qué son
las ideas? Dónde se forman? Quién piensa? etc. Muchas de ellas aún no fueron
aclaradas. La intuición revela que detrás de ese exquisito mecanismo, existe un
entramado tan sutil y perfecto, una Mente Creadora Divina, cuyos misterios no
alcanzamos a descifrar.
El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en
las últimas décadas mediante las “tomografías”. Conectando electrodos a este
órgano, se determina donde se produce cada una de las actividades de la mente.
Se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea
racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área
corresponde esa facultad.
Estos experimentos han comprobado que
cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de
nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo
imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la
misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿cuál
es la Realidad?
En base a estos postulados es que se han
desarrollado todas las herramientas con las que trabaja la moderna Programación
neurolingüística y también las técnicas que se utilizan para el desarrollo
de los deportistas de alto rendimiento (técnicas de visualización creativa por
ejemplo).
El cerebro no hace diferencias entre lo que ve y
lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas. Para el
cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente. Podemos
“engañarlo” fácilmente…
En otras palabras: fabricamos nuestra realidad
mediante nuestras emociones, esto es, desde la forma en que procesamos nuestras
experiencias.
Entonces, cómo no prestar atención al proceso de
transformación en el área de nuestros sentimientos?
Cambiar lo que siento, en base a los pensamientos,
para que mi acción sobre la realidad sea positiva, constructiva,
creativa y eficaz.
Cambio la realidad, cambiando primero mi propia
esencia, mi personalidad.
Nuestras respuestas emocionales se “fabrican” en
el hipotálamo.
En él, se crean las neurohormonas o
neuropéptidos, que son las responsables de las emociones que
experimentamos.
Hay química para la rabia, para la felicidad,
para el sufrimiento, la envidia…
Cada pensamiento o emoción al repetirse, van
creando conexiones reforzadas. Así asociamos situaciones con emociones.
Por ejemplo: si nos quedamos encerrados en un ascensor, el objeto “ascensor”
puede quedar asociado al temor al encierro. Si no se interrumpe esa asociación,
el cerebro asociará el pensamiento y la emoción, reforzando la asociación y
creando por ejemplo una fobia.
Todos los hábitos y adicciones operan con la
misma mecánica. La buena noticia es que, en cuanto rompemos ese círculo
vicioso, en cuanto quebramos esa conexión, el cerebro crea otro puente entre
neuronas que es el “pasaje a la liberación”.
Nuestro cerebro está permanentemente
rehaciéndose, incluso, en la ancianidad. Por ello, se puede desaprender y
reaprender nuevas formas de vivir las emociones.
Cada asociación de ideas o hechos, incuba un
pensamiento o recuerdo en forma de conexión neuronal, que desemboca en
recuerdos por medio de la memoria asociativa.
Hay gente que conecta “amor” con “decepción” o
“engaño”, así que cuando vaya a sentir amor, la red neuronal conectará con la
emoción correspondiente a cómo se sintió la última vez que lo sintió: ira,
dolor, rabia, etc.
Cuando aprendemos a “observar” nuestras
reacciones y no actuamos de manera automática, ese modelo se rompe”. Así
pues, aprender a “ver” esas asociaciones es la mejor manera de evitar que se
repitan: la llave es la conciencia.
Uniendo
Ciencia y espiritualidad. La física cuántica.
El modelo de lo que creemos acerca del mundo, se
construye desde lo que sentimos en nuestro interior y de nuestras ideas. Cada
información que recibimos del exterior se procesa desde las experiencias que
hemos tenido y nuestra respuesta emocional procede de estas memorias. Por eso,
los malos recuerdos nos impulsan a caer en los mismos errores.
La Realidad es un número “n” de ondas que
conviven en el espacio-tiempo como posibilidades, hasta que UNA se convierte
en Real: eso será lo que vivimos. Somos nosotros quienes nos
ocupamos, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos (“yo
sí puedo”, “yo no puedo”) de encerrarnos en una realidad limitada y negativa o
en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras palabras, la física
moderna nos dice que podemos alcanzar todo aquello que ansiamos (dentro de ese
abanico de posibilidades- ondas, claro).
El átomo
no es una realidad terminada sino mucho más maleable de lo que pensábamos.
¿Quién elige de entre esas posibilidades para
que se produzca mi experiencia actual? La respuesta de la física cuántica es
rotunda: La conciencia está envuelta, el observador no puede ser
ignorado”.
La mecánica cuántica es una precisa descripción
matemática del comportamiento de las partículas fundamentales que conforman la
realidad física.
Una de las conclusiones más asombrosas es que
las partículas observadas especialmente los electrones se comportan de dos
formas: como partículas y como ondas. Como onda el electrón no tiene una
ubicación precisa y existe a partir de un “campo de probabilidades”. Como
partícula el campo de probabilidades colapsa para fijar un objeto sólido en el
tiempo y el espacio. Esto significa que cuando el electrón no esta
siendo
medido
(observado) es onda y cuando es observado se convierte en partícula. Toda
nuestra realidad esta construida con partículas que se comportan de esta
curiosa manera……
Esta dependencia de la existencia de la
partícula con el observador es el llamado principio de Incertidumbre. Quiere
decir que depende del observador el que la realidad se fije y pueda ser
observable, sin el observador la realidad es solo un campo de posibilidades.
Conclusión:
Dependiendo de quien mire y cómo lo haga (con que sentimientos, pensamientos
etc.) estará activando un campo de posibilidades, esto es, una
realidad de entre muchas posibles.
La realidad no existe como tal puramente, es
producto de una construcción que se activa por acción del ser humano.
Nuestras
oraciones
Ir entendiendo que lo que obtenemos como
resultado es producto de nuestros sentimientos, nos puede ayudar a entender
que es lo que pasa cuando nos parece que nuestras oraciones no son respondidas.
Por ejemplo: cuando oramos para tener salud en
nuestras relaciones, y sin embargo experimentamos enojos, celos etc. en las
mismas. Por qué nos sorprende ver esas mismas cualidades reflejadas en nuestro
cuerpo, familia, trabajo etc.?
Cada sentimiento que experimentamos crea dentro
de nuestro cuerpo una química. Entonces, si nuestra respuesta emocional ante
nuestras circunstancias es positiva, obrando con amor, tolerancia,
entendimiento, podremos experimentar eso mismo en nuestro cuerpo y
extenderlo a todo el mundo y circunstancias que nos rodean.
El poder de la oración basada en el sentimiento,
es una oportunidad para obrar en este tiempo conforme a un nuevo paradigma de
entendimiento y sentimientos que reflejen aquello que deseamos experimentar en
nuestras vidas. Nada necesita ser creado, ya que cualquier resultado que
podamos imaginar para una situación, ya está presente. Seremos más útiles
en el servicio si primero sentimos el resultado de aquello que queremos
experimentar en nuestro propio mundo.
El aprecio y la gratitud que sentimos es lo que
crea los efectos cuánticos, permitiendo que la creación se empate con nuestros
sentimientos.
Si cuando estoy orando, experimento los
sentimientos de que mi oración ya ha sido contestada, entonces
demostraremos el antiguo principio cuántico que establece que las condiciones
de paz en nuestros cuerpos, se ven reflejadas fuera de ellos.
Según el investigador de los manuscritos del Mar
Muerto, Greg Braden, los antiguos esenios (la comunidad espiritual a la que,
dicen, perteneció Jesucristo) tenían esa manera de orar, muy
diferente a la actual.
· El futuro es el presente: creando nuestros
días
Hagamos esta práctica como una buena práctica
para comenzar nuestro día: el propósito de tomar un tiempo para
crear mi día. De esta manera estoy actuando en el campo cuántico para
generar lo que deseo.
Sugerencias para la práctica:
1) Practica diariamente el
crear tu día
2) Escoge un lugar y tiempo donde no te
interrumpan
3) Aquieta tu mente y comprométete con la
práctica.
4) Usa la intención y la atención.
5) Busca estar con el corazón abierto.
6) Cultiva la consciencia de las sincronicidades
7) Crea afirmaciones y visualizaciones que
apoyen tu práctica.
8) Se paciente contigo
Esta práctica es realmente poderosa y
reconfortante, especialmente si planteas tu día dentro de los más altos ideales
y te abres a nuevas forma de percibir la realidad. Recuerda que el futuro es el
presente.
La información viaja instantáneamente, ya que el
universo está conectado por información, y ésta puede aparecer en cualquier
lugar instantáneamente. Nuestras emociones juegan un papel fundamental.
La co creación conlleva en primer lugar a tomar
responsabilidad sobre nuestro propia realidad, es decir tomar responsabilidad
de lo que nos pasa y como nos pasa. Hasta ahora nuestro sistema de
creencias ha sostenido la idea de que no podemos modificar la realidad, de que
las cosas que nos suceden están predeterminadas. Ahora sabemos basados en la
realidad cuántica que el observador es quien modifica la realidad a
partir de la conciencia, que existe un vasto campo de probabilidades y el
observador es el que decide donde poner su atención e intención. A pesar de que
las investigaciones científicas en este sentido no han sido concluyentes,
muchos de nosotros reconocemos intuitivamente que la intención y la atención
tienen un poder.
El otro de los aspectos que marca la premisa de
la co-creación es la sincronicidad, o el flujo constante de la realidad
que se produce dentro del tiempo cuántico donde pasado, presente y futuro se
encuentran simultáneos.
El
Poder de la Intención
El verdadero misterio no es cuando las
intenciones influencian el mundo indirectamente, sino cuando la mente humana
influencia el mundo físico con un acto de intención directa, sin contacto
físico de ninguna clase.
Digamos que la intención dentro de este nuevo
concepto, es el acto de dirigir nuestra mente con atención y eficacia hacia
algo para conseguir un resultado. La intención puede ser usada de diferentes
maneras, podemos por ejemplo usarla para nuestro propio beneficio a través de
visualizaciones, afirmaciones, emociones. Podemos también dirigirla hacia otros
por medio de la oración.
La intención conlleva una carga energética que
se desplaza en el campo cuántico influenciando una o varias posibilidades. Se
sabe que producimos una cantidad enorme de pensamientos diarios (36 mil aprox.)
mas los que escuchamos y tomamos de las demás personas, muchos de los cuales
son negativos, esto generalmente lo hacemos inconscientemente. Se trata
entonces de infectar el campo con aquellos pensamientos positivos que queremos
para nosotros, soltándolos y permitiendo que el universo los traiga de vuelta
de la mejor manera y para nuestro más alto bien.
Entonces, recapitulando diremos que: el
observador que tiene poder de convertir a un electrón en partícula sólida o
hacerla desaparecer somos nosotros. Por lo tanto, es posible crear
nuestro día intencionalmente como nosotros queremos que sea.
Muchísimos libros sobre el tema del pensamiento
positivo nos recomiendan como primera instancia cambiar nuestra mentalidad de
negativa hacia positiva., comprobando el hecho de que en efecto “Somos los
creadores de nuestro mundo”.
Para nosotros debería ser muy importante
aprender más sobre la física cuántica porque es la única ciencia que está de
nuestro lado en cuanto a nuestras habilidades. Es el único nivel del estudio
matemático del mundo subatómico al cual le importa nuestra opinión. El
campo cuántico siempre cumplirá con nuestras expectativas: las del observador.
Fuente:
articulo.org
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